Nuestra ofrenda de Navidad. Con cariño, Eva Hibernia y Concha Rey
Poemas: Imágenes
manos y maná Eva Hibernia Fotografía: Concha Rey
Teatro de sombras Concha Rey Acuarela: Eva Hibernia
EVA HIBERNIA
Para Alicia, manos que van menguando.
Para Marçal, manos que van creciendo.
manos y
maná
manos dos manos lloviendo sobre mi cabeza niña,
cabeza tierra
de ideas chorlito, goloritos que se cantan se peinan
con la raya en medio,
manos que alisan ambos campos, los repasan y tirón
y tirón despacio manos despacio la crespa enredadera
donde se anudan
nidos de aves tramposas que tejen desobediencia, ay,
manos pacientes en este labrantío
entremezclan el trigo y las pardas mieses, ya mansas
al peine de marfil
que aúpa pesadas cosechas a lo alto
mientras las manos, hábiles, sujetan los hatos con
una horquilla.
manos maná
esparcen un olor mojado a alhucema
sacian al pueblo dormido -los enterraditos en la
sangre-
que así vivificados recitan en el pulso de la niña
viejos recuerdos de un sol que no conoce
viejas nostalgias de una tierra perdida.
manosmanan, en la plazuela, redondo acertijo de un
color bajito
que te pillo, que resbalas, manosmanan y bebo
la boca confundida con el bronce del caño boca
abierta del león que agua
que te pillo, que te sales de esta raya
y pierdes el cuerpo, ay, un vértigo de paloma
se me alza y rozo la luz cotidiana, pero no
manos me llaman por mi nombre
con un gesto me aprietan el camino;
ya
no son las manos jóvenes maná
ahora
encierran el misterio de su humanidad,
consumidas
por el tiempo, se me ofrecen
como mi
propia ruina:
remánguese
el paletín, la azada, los cepillos
hágase
Troya y aún el antiguo testamento
comprenda
que esa mitología le cimenta
en el
nombre de la madre, la mano, el milagro.
CONCHA REY
A Virginia,
cuando tenía tres años.
A
Telmo, para el camino siempre.
Teatro de sombras
La
sombra de la mano y su vuelo
conectan
con la infancia y su sino
más
vale darle altura en el camino
que
esperar esa dicha desde el cielo.
Una dulce
silueta, el violonchelo,
se
proyecta en la sábana de lino,
con los
atentos ojos de un minino
Taro se
asombra a la llegada de un pomelo.
de
pronto un nuevo personaje asoma
Violonchelo
se enfada ante el descaro.
Pequeño
Taro ríe ante la broma.
Un
camello de goma y más que raro
Pomelo
huye antes que se lo coma.