Empezaré diciendo que amo a
Ana María Matute. Incluso más allá de su literatura, que me parece excelente. Ana
María suele acompañarme en la segunda clase de mis talleres de escritura sobre
el imaginario propio, cuando hablo de un concepto muy importante para mí y que
yo llamo “la palabra entrañada”, es decir, la palabra como un lugar vivo, íntimo
y misterioso, y su vínculo emocional con el mundo tal y como lo sentimos o nos
atrevemos a soñarlo.
Leer a Ana María Matute es un
placer, y su capacidad de evocación es tal que te lleva lejos y te pone alas y
alimenta la creatividad. Supongo que eso es lo que le debió de pasar a Ruth Vilar y a su compañía, Cos de Lletra.
Ruth es una joven autora y
directora con mucho talento y sensibilidad y un paladar fino para elegir sus
materiales de trabajo, que son materiales de pasión.
A partir del libro Los
niños tontos, de Matute, ha construido un delicado montaje teatral bajo
el mismo título.
Los niños tontos es
uno de los primeros libros de cuentos de Matute. Es un libro vanguardista, de
textos cortos y lenguaje poético pero crudo. Ya el título es bien amargo. Los
niños tontos son todos esos niños que no son como se espera que deban ser los
niños. Y aunque en el texto percibimos el olor a sopa aguada, a frío y a
pobreza de la guerra, y por ello podemos decir que es este es un montaje que
bien se puede enmarcar en la recuperación de la memoria histórica de este país que
varios creadores están haciendo ( Trece
Rosas, de Júlia Bel. Subterráneas,
de varias autoras, por ejemplo), la visión, siempre tan original e inquietante
de Matute trasciende el contexto histórico.
Ruth y la compañía dedican su obra con esta hermosa frase: Para nuestros niños tontos, que nos
precedieron y que limpiaron nuestro camino de piedras con sus propias manos. He tenido el privilegio de asistir en junio a unos pases previos de la
obra. He de decir que el amor que respira la cita se deja sentir a lo
largo del montaje, en las decisiones que toma la directora y en el trabajo de
los actores. Y por eso, insisto en que esos niños tontos son tanto las
generaciones que nos preceden, como el niño acallado, regañado y sometido que
está dentro de cada uno de nosotros…pero también el niño libre y fuerte y
contestatario.
Por eso sé que esta obra tocará a los espectadores,
y por eso la recomiendo.
Ruth y su equipo han elegido ser muy sobrios y muy
neutros a la hora de encarnar y materializar ese rico mundo, ya que el texto
crea los paisajes por sí mismo. La gran baza del vuelo del espectáculo son dos
magníficos actores, Salva Artesero y Neus Umbert. No es un trabajo fácil y podrían haber caído en los peligros
de los estereotipos, y sin embargo, tienen mucho encanto y sensibilidad para
encarnar las múltiples voces que trasiegan por el espectáculo.
Los que aman la palabra y la belleza tienen la oportunidad de
gozar esta pequeña joya durante la primera quincena de este octubre.
los actores Salva Artesero y Neus Umbert |
Cos de Lletra estrena el seu nou espectacle "Los niños tontos", d'Ana María Matute, divendres
dia 5 d'octubre al Círcol Maldà de
Barcelona.
"Los niños tontos" estarà en cartell del 5 al 14 d'octubre, de dimecres a divendres a les 21h, dissabte a les 19h i a les 21h, i diumenge a les 19h.
Reserva d'entrades al telèfon 93 304 39 99 o al web del Círcol Maldà
"Los niños tontos" estarà en cartell del 5 al 14 d'octubre, de dimecres a divendres a les 21h, dissabte a les 19h i a les 21h, i diumenge a les 19h.
Reserva d'entrades al telèfon 93 304 39 99 o al web del Círcol Maldà
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