oración

si yo fuera peregrina de mi misma
si llegara a la dulce
posada esmeralda
del corazón

jueves, 28 de febrero de 2013

Invención del paraíso, seis pasos



Corazón si eres la senda
Y yo soy el peregrino

Corazón si eres la puerta
Y yo soy la llave

Corazón si eres el vacíolleno del sol
Y yo tu derviche

Corazón si eres la madre que me gesta
Y yo la hija que te canta

Corazón si estás en mí
Si nazco en cada ti que pulsa

Corazón si tú me llamas
Si yo te amo

domingo, 17 de febrero de 2013

¡¡¡Ya está aquí!!! Y EL PREMIO SE HIZO LIBRO




El día 19 de febrero llegan a las librerías los ejemplares de Ratlles Blaves en catalán y Rayas Azules en castellano. Bajo ese título se despliega el cuento que ideé también por estas fechas del año pasado, y que me hizo pasar un momento en la escritura delicioso. Ese cuento mereció el XVè Premi de Comte Infantil Hospital Sant Joan de Dèu y desde la editorial la Galera me comunicaron que compartiría la aventura de editarlo con la ilustradora tailandesa Nilobon Kijkrailas.


Nilobon, quien me asegura que ha tenido que leerse cada página del cuento unas cincuenta veces y siempre con placer, ha resuelto una mundo de imágenes bellísimas, elegantes, líricas y dinámicas. Ha conseguido crear la ilusión de diferentes texturas y hacer de cada página una maravillosa obra de arte que se entreteje con el texto para ofrecer una linda pirueta a la imaginación del lector.



He de decir que mi niña pequeña (gracias a Dios aún sigue asomándose a mis ojos y a mis días) está fascinada con el cuento. Además le ha gustado mucho que Nilobon me subiese a un lápiz canoa que explore las más remotas selvas y paisajes ignotos para luego contarlos. También me maravilla que Nilobon sea una abeja vanguardista, con su cuerpo a rayas azules, dispuesta no solo a libar de las flores sino a inventar nuevas especies con sus pinceles mágicos.

Así, lectores felices -niños y niñas sedientos de aventuras, damas y caballeros que aún disfrutan alimentando su imaginación- abrid vuestros brazos y veréis de lo que sois capaces por el camino de las Rayas Azules…



lunes, 4 de febrero de 2013

cantar, cantar y cantar

El viernes, comenzando el mes, nos ponemos los zapatitos de tacón y nos pintamos la sonrisa y ¡ea!, ¡vamos que nos vamos pa' el Versus a ver La llaman Copla. Para resumirlo y condensarlo en una frase sencilla y primorosa: nos lo pasamos pipa. Hay que decir que una es coplera y le gusta fregar los platos rememorando el repertorio.




Precisamente el repertorio me sorprendió y me pareció un acierto la estructura y disposición de los temas,  un amplio abanico en el que se van mezclando  la copla y el cuplé más humorístico y la más "desgarrá" de las quejas, los solos, los dúos y los temas corales, a veces auténticos collages que ensamblan distintos fragmentos, como el muy sugerente "Medley Lorca". En cuanto al ritmo del espectáculo es todo un acierto que el segundo tema lo encarrile y borde Gracia Fernández, que precisamente está dotada de una gracia (como su nombre indica) y una finura en el hacer maravillosos, porque levanta el espectáculo y lo sitúa en una cota de buena disposición para el espectador. Todas las interpretaciones de Gracia, tanto desde el lado actoral como desde el musical tienen ángel y, sobre todo, están en el tono de la copla, exacto, fresco y lleno de brío. Además mueve unos hermosos brazos de bailarina y sabe dirigirse al público con mucho salero. Todo el equipo de cantantes suma y hay un buen empaste de conjunto; hay momentos de solos más brillantes que otros, pero todos merecen y reciben aplausos del público al que han hecho disfrutar. Mi único pero es que a veces se desajusta el tono de la copla y se visita algo más "melódico" o con color de "musical tipo Disney". En cualquier caso la labor del director musical, Marc Sambola, es bellísima, con arreglos y decisiones muy interesantes y un equipo de músicos en directo, piano, flauta y violín, que dan una textura singular y delicada a la orquestación. Esto contribuye a limpiar el espectáculo del posible "caspismo" e incluso "casticismo" de las orquestaciones tipo fanfarria clásicas. También el trabajo de dramaturgia y dirección de Marc Vilavella, limpio y dinámico, contribuye a hacer de este espectáculo una experiencia fresca, que despierta la sonrisa, la ternura, las ganas de ponerse estupenda, y los inevitables ¡olé! para celebrar esos finales tan dramáticos de los que gusta la copla. Dedicar al equipo uno de los piropos más bonitos que se pueden ofrecer a un espectáculo: gracias a todos, copleros, salí alegre, alegre alegre, y con ganas de cantar.