oración

si yo fuera peregrina de mi misma
si llegara a la dulce
posada esmeralda
del corazón

lunes, 27 de septiembre de 2010

Ante un cuaderno empezado sin seguir con lo que se espera del lápiz o el movimiento disperso-asociativo también llamado babia


Gran energía para acometer el trabajo.
Gran disciplina.
Sistema, orden, método.
         Máquina registradora.
¿A dónde se fugan las fuerzas no consumidas?
La hora estalla, la cabeza estalla: nosotros, pedacitos de esta consecuencia.
Revoloteos incesantes en la silla,
debería escribir lo que quiero pero en vez de eso escribo lo que me sale: cualquier cosa: puede que llueva.
Al fin y al cabo lo importante es la historia y el cóctel de después (con rajita de naranja)
Sed.
Se trata de escribir el libro que nos gustaría leer.
Alfombrar los pasillos de la mente.
Saltar a la comba. Esa cosa cansada, nuestro incesante pensamiento, cosa necesaria.
Hacer las “a” cerradas y redondas, no destaparles el cráneo.
Un poema a medio cocer en la cazuela de barro heredada de la abuela.
¿Es usted perversa?
         Qué pregunta interesante que me hago, todavía hay tanto que no sé de mí…
Techos altos,
silencio de biblioteca.
Demasiado invierno para mi gusto.
Algún poema pensativo en un armario de ropa olvidada.
Una aurora que mancha lo oscuro
         -no está bien perturbar el sueño de los que aún pueden soñar-
Personas tristísimas escribiendo grandiosas comedias, comedias que te partes de la risa, que jajajajaja, que te matas de la risa, y comiendo lentejas de bote.
Drogábase con palabras y no le iba mal.
Un perro, un gato, alguien peludo y caliente a quien acariciar, a quien amar.
Muchas veces encontró la clave y otras tantas las perdió.
Hubiese deseado ser pantera, encontrar la salida animal, ágil, al horror.
Un concierto donde estallan los obuses, digo los oboes.
La oportunidad es un ser vivo, impredecible, lleva medias de fantasía, oh sí, querría recorrer el dibujo, con mi índice, subirle las piernas, acercarme a su jardín.
Un poema medio deshecho como un jirón de cartel en la pared, todo se borra, pues era verdad lo que escribí:
está lloviendo

3 comentarios:

  1. Querida Hibernia, me gusta la cabecera de vuestro blog, muy sugerente. Leo con gusto tu verbo disperso de conexiones sugerentes. Quién sabe si llueve o es pura imaginación, aunque suene el repiqueteo, puede ser el gran hacedor con el cajón sonando en nuestra mente. Escribir, esa cosa tan difícil y de tan innegable necesidad. Que bueno que volviste, vieja. Un abrazo!

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  2. Hibernia: ayer publiqué un comentario aquí mismito y ahora no lo veo...¿dónde estará metido el bribonzuelo?
    En fin: te decía que tu post es una "Explosión de vida".

    Un abrazo vital de buenos días. Que tengas un buen viaje.

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  3. hola linda, aquí explosionando desde la constelación verbalia. ¿Dónde estará el bribonzuelo, debajo de un mueble cibernético que debe estar por aquí flotando, tipo un guardacorazones de invierno o un mullido tente riñodes de terciopelo sideral? Yo, como soy nuevita en esto no sé dónde se esconden los comentarios bribonzuelos o quizás perdidos por callejones para nosotros invisibles o raptados por algún lujurioso ser que vive en las profundidades del sistema internaútico y que debora comentarios llenos de vida. MMmmm...inquietante, amiguita.

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