oración
si yo fuera peregrina de mi misma
si llegara a la dulce
posada esmeralda
del corazón
martes, 18 de octubre de 2011
aquellas pequeñas cosas
caminar la lluvia, buscar adrede los charcos, caer adentro, al fondo de los lagos urbanos,
ondinas de asfalto, en las fuentes de los parques, en el agua que sobra de las macetas
balcón abajo,
caminar las horas del crepúsculo, empezar un extremo de la acera en día
y acabarlo en noche,
perseguir el canto de los pájaros
en las ramas que empiezan a dormirse
caminar, bien arrebujados en el sofá,
la tierra adentro de los recuerdos y de las ensoñaciones
y una voz que nos toca las entrañas
un dedo voz, íntimo, en un rincón oscuro del pasillo,
que parece decirnos
levántate y canta
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Hibernia! Ayer publiqué un comentario en esta entrada tuya ¡y veo que no ha quedado vestigio de él! Vaya...
ResponderEliminarSencillamente esta poesía me ha parecido una belleza. Me ha llevado de paseo a paisajes muy internos. ¡Qué bueno!
Beso nocturno, ya cansadísimo.
Poesía limpia. Un verdadero placer.
ResponderEliminarAbrazos mil.
gracias, queridos, con luna y con silencio.
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