UNA casa solitaria
y un dolor en el costado
y un ciprés al otro lado
del camino
siguiéndole los pasos al destino
con todo un cielo rojo por almohada
cruzo el puente, del sueño a la alborada,
y me río
río porque este calendario de mis huesos es mío
y no también, también es invención de un dios
que necesita de mí para amarse en el dos
y desnudarse de sí mismo
así que entre el lirio y el abismo
tiendo el tierno abrazo confiado
de esta criatura, que mucho ha llorado
y el corazón rinde
entregado.
mañana seré
mucho menos de lo que soy ahora
no tendré palabra ni aurora
que llevarme al pensamiento
mañana seré un vaso sediento
de sed y de labios
dejaré el desierto de los sabios
locos, los pródigos del mundo
para hacer de mi tiempo un segundo
perfecto
donde toda mi herencia será repartida
a iguales partes la riqueza y la herida
y toda mi estirpe será bendecida
serpiente
fruto híbrido el amor con la simiente
de una nueva boca
que al decir
florece.
Una maravilla.
ResponderEliminarPrecioso, Eva!
ResponderEliminarque alegría sentir vuestra compañía. gracias
ResponderEliminar¡Me encanta el calendario de tus huesos! Creo que es el verso candelabro de todas las silabas encendidas que fulguraron de perfume en el aroma de tu florecer. Felicitaciones por el poema y gracias por tus genuinas palabras de inspiración y belleza. Personas como tú son maravillas singulares y por eso germinan de poesía hasta en el más oscuro cosmos de nuestra incógnita personal. ¡Gracias por hacer te luz en un peregrinaje por nuestro universo compartido!
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